Condenaron a perpetua a los tres policías que asesinaron a Lucas

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 25 condenó a prisión perpetua a los oficiales de la Policía de la Ciudad Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva por el asesinato del joven futbolista de Barracas Central.  Tres comisarios, un subcomisario y dos oficiales fueron condenados a penas de entre cuatro y ocho años de prisión por el encubrimiento del crimen.

Condenaron a perpetua a los tres policías que asesinaron a Lucas

Los tres acusados pertenecían a la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad y fueron condenados por "homicidio agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial" en perjuicio de Lucas.

También se los acusó de intentar matar a Julián Salas, Joaquín Zuñiga y Niven Huanca, los tres amigos que lo acompañaban en el auto al momento del hecho, falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad "agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley", según determinaron los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero.

El oficial de la Comisaría Vecinal 4D de Barracas, Sebastián Baidón, recibió una pena de ocho años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de "torturas en calidad de autor".  En la segunda audiencia, Joaquín lo había señalado con nombre y apellido como uno de los que le gritó insultos racistas mientras estaba esposado en Alvarado y Perdriel, antes de ser detenidos. "Villeros", "negros de mierda", "a vos también hay que pegarte un tiro", "¿dónde tenés la droga?" o "¿dónde tenés el arma con la que mataste a tu amigo", fueron algunos de los gritos que refirieron los jóvenes sobrevivientes. 

Por su parte, los comisarios, Rodolfo Ozán, de la 4A de Parque Patricios, Fabián Du Santos, de la 4D de Barracas, y Juan Romero, de la División Brigadas y el subcomisario Roberto Orlando Inca fueron condenados a seis años de prisión por encubrimiento y privación ilegal de la libertad.

Hubo cinco absoluciones: el comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal, 4 Daniel Alberto Santana; el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar; y los oficiales Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa.

Antes de resultar absuelto, el oficial Ángel Arévalos pidió hacer uso de sus últimas palabras y apuntó directamente contra el jefe de la Policía porteña, Gabriel Berard. “Acá hay personas que nunca quisieron que la verdad se sepa porque no les conviene. El jefe de la Policía, por intermedio de dos de sus abogados, está presionando al personal subalterno para que hablen con sus familiares que estuvieron el día de la reunión y digan que lo que dijo mi hermana es mentira”, señaló.

Su hermana, Natalia Arévalos, formó parte de su defensa y en el alegato señaló que, meses después del crimen, familiares de los oficiales detenidos lograron reunirse con Berard y parte de la cúpula policial. Según la abogada, les dijeron: “Nosotros sabemos que sus familiares son inocentes, pero no podemos hacer nada porque este es un tema político y no queremos que llegue a nosotros”. Tras esa jornada, el tribunal remitió los dichos de Arévalos a la Fiscalía de instrucción para que investigue posibles responsabilidades de Berard en el encubrimiento.

La familia de Lucas calificó como "histórica" a la sentencia ya que los jueces incluyeron el agravante de "odio racial" y enmarcaron los hechos en un caso de "violencia institucional". 

"Esta gente actuó con el peor de los prejuicios, discriminó y llegó a conclusiones inexplicables", sostuvo el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente. “Como salían de un barrio carenciado, como tenían la tez más o menos oscura, como usaban gorrita, como usaban un auto, los llevó a concluir en el peor prejuicio: que estaban armados, que eran peligrosos y que estaban en la comisión de algún delito”, explicó el representante del Ministerio Público.

Lucas y sus amigos fueron baleados el 17 de noviembre de 2021 cuando salieron de entrenar del club Barracas Central y regresaban a sus casas a bordo de un Volkswagen Suran.  Los cuatro jóvenes fueron interceptados en el cruce de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield por los tres policías de civil en auto sin identificación. Los chicos pensaron que se trataba de ladrones e intentaron escapar, fue en ese momento cuando les dispararon y dos balazos impactaron en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el hospital El Cruce de Florencio Varela. Como en muchos casos de gatillo fácil, montaron un operativo en la escena del crimen para encubrir lo sucedido y hacerlo pasar como un tiroteo con delincuentes, incluso, plantaron un arma de juguete en el auto en el que viajaba Lucas.

Fuente: Página 12